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VIVO SIN VIVIR EN MÍ

                                                                           

 VIVO SIN VIVIR EN MÍ



Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor,
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puso en mí este letrero:
«Que muero porque no muero».

Esta divina unión,
y el amor con que yo vivo,
hace a mi Dios mi cautivo
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a mi Dios prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel y estos hierros
en que está el alma metida!
Sólo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

Acaba ya de dejarme,
vida, no me seas molesta;
porque muriendo, ¿qué resta,
sino vivir y gozarme?
No dejes de consolarme,
muerte, que ansí te requiero:
que muero porque no muero.

 Santa Teresa de Ávila





"Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero..."

En esta estrofa encierra Teresa, uno de los puntales de su mística. Descubrir quien  o qué vive sin vivir en mí, en cada uno de nosotros, es tarea ardua y encierra el profundo Trabajo a realizar durante una vida humana.





Investigando en la literatura de la santa, intuimos desde ya, las fuentes sufí de donde bebió ella y otros místicos cristianos. 

No desentrañaremos los secretos de la mística española sino que dejaremos que sea cada lector el que arañe la superficie hasta llegar  al igual que el colibrí,  a  libar de las profundidades, el néctar de cada flor que brote en su camino.

Teresa de Cepeda y Ahumada más conocida como Santa Teresa de Ávila, fue doctora de la iglesia, mística y escritora,  autora de diferentes libros, poemas y cartas. 

A destacar de entre sus obras místicas: 

- Camino de perfección
- Conceptos del amor de Dios 
- El castillo Interior (o las moradas)